Educación Clásica Cristiana -Parte II-
La parte uno de esta serie está aquí.
Estuve tomando clases de latín y español varios años con un profesor muy inteligente y experto en los Clásicos. Dominaba el latín, el griego; la teoría y la apreciación musical; podía hablar de ciencias y de política; conocía la historia del arte al derecho y al revés, pero no era un creyente; y eso era lo que cambiaba todo.
La Educacion Clásica, así, a secas, la puede llevar cualquier persona inteligente y estudiosa; pero como con cualquier otra forma de estudio, cualquier otra forma de ver el mundo y tratar de explicarlo, si Dios y Su Palabra no son el fundamento estamos perdidos.
Nosotros llevamos una Educación Clásica Cristiana, y este adjetivo, Cristiana, lo quiero usar con todo lo profundo de su signifcado. Una educación Clásica Cristiana, es aquella que se basa en el trivium medieval pero todo lo ve, todo lo estudia, todo lo analiza a través de la Palabra de Dios.
Una educación distintivamente Cristiana es aquélla que busca entender el mundo que nos rodea a través de lo que las Escrituras enseñan. Es una educación que no está teñida de uno o dos versículos al día y alguna que otra oración. Una enseñanza Cristiana está ligada las 24 horas, los 7 días de la semana a las Santas Escrituras; y este tipo de educación, sin importar el método que llevemos es la que debemos procurar, por la que debemos desear levantarnos temprano cada mañana y abrir los libros y ver el mundo de Dios, la historia de los pueblos que Él ha escrito, las maravillas de la naturaleza, que declaran su gloria.
Y después de haber enfatizado la importancia, la diferencia que el adjetivo "Cristiana" hace en el método de la Educación Clásica, quiero contestar la pregunta que me han planteado :
"¿Pero no acaso al exponer a mi hijo(a) a la mitología, a la fantasía de otras culturas, a sus costumbres paganas lo puedo confundir terriblemente sobre lo que es la Verdad?
No. No es posible confundirlo.
No es posible confundirlos porque cuando exponemos a nuestros hijos a los griegos, a los romanos, a su mitología, a su forma de ver y entender y explicar el mundo, nosotros vamos a estar ahí, dirigiéndolos y enseñándolos con la Palabra de Dios que fiel y segura y toda Verdad, para entonces, analizar lo que vemos.
El mundo antiguo, el mundo de los clásicos es la raíz del mundo en el que nosotros vivimos. No podemos negarlo, así como sería absurdo tratar de negar quiénes fueron los Olmecas, o los Aztecas, o los Mayas con todo y lo terrible de su mitología, y lo complejo de sus sociedades y su arquitectura y sus avances científicos. ¿Qué hacemos, pues?, los estudiamos, vamos al museo, nos admiramos ante su complejidad y a la vez nos vemos obligados a sentarnos y a estudiar lo que la Biblia enseña acerca de sus prácticas en todos los ámbitos de su sociedad.
¿Por qué hoy peleamos por una democracia?, o ¿Por qué defendemos el derecho al voto?, ¿De dónde viene nuestro idioma?, ¿Por qué tenemos teatro y valoramos las artes?, ¿De dónde surge el humanismo moderno?, ¿De dónde viene la obsesión con la "belleza del cuerpo humano"?
Si no nos detenemos a estudiar los clásicos, el mundo antiguo, no tendremos respuestas a estas y muchas más preguntas. Y si nosotros no las abordamos con nuestros hijos, tarde que temprano van a tener a alguién de frente que les hará preguntas semejantes y no serán capaces de dar respuestar lógicas, razonables y doctrinalmente alineadas a la Palabra de Dios.
¿Y cómo se ve esto en el día a día?
Hoy estamos leyendo, mi hija pequeña (6 años) y yo, la Iliada, y hemos visto como una mujer que no ama Dios y que solamente se deja llevar por sus pasiones, es capaz de dejar a su esposo, a su hijo y a su honor por seguir a otro hombre. Estudiamos como la venganza es un sentimiento que nos puede llevar a la locura e inclusive a la muerte, cuando leímos que Aquiles mata lleno de odio y furia a Hector, por haber matado a su querido amigo Patrocolus. Los dioses del Olimpo toman parte en la guerra, en las intenciones del corazón del hombre. Era algo inevitable, ellos sabían que los dioses determinaban el fin de todo asunto.
Pero en esta historia hay más. Mi hijo mayor (17 años) se integra a la conversación y dice, "Mami, en la famosa película de Troya, han quitado a los dioses, el hombre de hoy a toda costa se quiere deshacer de cualquier dios, de Dios. No quiere reconocer que hay un Dios soberano reinando y dirigiendo el mundo; hoy el hombre busca todas sus respuestas teniendo como marco de referencia a su propio dios, a él mismo"
Y la conversación sigue, y vemos como los griegos y los romanos, nos heredaron una sociedad sin esperanza, porque ¿quién puede tener esperanza, cuando sus propios dioses están sujetos a pasiones desordenadas y pleitos y contiendas y lascivias?
Por eso nuestra esperanza es segura, porque está puesta en el Dios verdadero, en el cuál no hay pecado, pero que juzga con furia y venganza el pecado del hombre.
Mis tres hijos mayores están estudiando el Mundo Moderno y están leyendo libros como Mein Kamp, de Hitler, y están analizando el mundo que el quiso crear. Un mundo utópico que realmente es la cúspide de la teoría de la Evolución de Darwin. La selección de las especies, que dice que el más fuerte vencerá. Y la pregunta final es, ¿Puede hoy alguién llamarse al mismo tiempo Cristiano y creer en la evolución y negar el nazismo?, ¿puede hoy alguien que critica con las uñas y dientes y se indigna ante las atrocidades de los campos de concentración abrazar al mismo tiempo la teoria de la Evolución? Algo anda mal, porque eso es lo que hoy nuestra sociedad hace. Vivimos en un mundo de contradicciones. Solamente la Palabra de Dios nos puede sostener.
No tengamos miedo de leer los clásicos, de estudiar, de ver lo crudo de la historia, recordemos que, finalmente, Dios ha permitido que todo suceda.
Es mejor eso, que enseñar a nuestros hijos mentiras como un Rey David, disfrazado de vegetal.
Eso sí es peligroso, eso sí los confunde y eso sí es una vergüenza para el Evangelio.
La parte III de esta serie está aquí.
Imágenes:
1. The Bookworm, 1850 por Carl Spitzweg
2. El templo de Atenea
3. Andromaque llorando por Héctor, de Jacques-Louis David, 1783
Estuve tomando clases de latín y español varios años con un profesor muy inteligente y experto en los Clásicos. Dominaba el latín, el griego; la teoría y la apreciación musical; podía hablar de ciencias y de política; conocía la historia del arte al derecho y al revés, pero no era un creyente; y eso era lo que cambiaba todo.
La Educacion Clásica, así, a secas, la puede llevar cualquier persona inteligente y estudiosa; pero como con cualquier otra forma de estudio, cualquier otra forma de ver el mundo y tratar de explicarlo, si Dios y Su Palabra no son el fundamento estamos perdidos.
Nosotros llevamos una Educación Clásica Cristiana, y este adjetivo, Cristiana, lo quiero usar con todo lo profundo de su signifcado. Una educación Clásica Cristiana, es aquella que se basa en el trivium medieval pero todo lo ve, todo lo estudia, todo lo analiza a través de la Palabra de Dios.
Una educación distintivamente Cristiana es aquélla que busca entender el mundo que nos rodea a través de lo que las Escrituras enseñan. Es una educación que no está teñida de uno o dos versículos al día y alguna que otra oración. Una enseñanza Cristiana está ligada las 24 horas, los 7 días de la semana a las Santas Escrituras; y este tipo de educación, sin importar el método que llevemos es la que debemos procurar, por la que debemos desear levantarnos temprano cada mañana y abrir los libros y ver el mundo de Dios, la historia de los pueblos que Él ha escrito, las maravillas de la naturaleza, que declaran su gloria.
Y después de haber enfatizado la importancia, la diferencia que el adjetivo "Cristiana" hace en el método de la Educación Clásica, quiero contestar la pregunta que me han planteado :
"¿Pero no acaso al exponer a mi hijo(a) a la mitología, a la fantasía de otras culturas, a sus costumbres paganas lo puedo confundir terriblemente sobre lo que es la Verdad?
No. No es posible confundirlo.
No es posible confundirlos porque cuando exponemos a nuestros hijos a los griegos, a los romanos, a su mitología, a su forma de ver y entender y explicar el mundo, nosotros vamos a estar ahí, dirigiéndolos y enseñándolos con la Palabra de Dios que fiel y segura y toda Verdad, para entonces, analizar lo que vemos.
El mundo antiguo, el mundo de los clásicos es la raíz del mundo en el que nosotros vivimos. No podemos negarlo, así como sería absurdo tratar de negar quiénes fueron los Olmecas, o los Aztecas, o los Mayas con todo y lo terrible de su mitología, y lo complejo de sus sociedades y su arquitectura y sus avances científicos. ¿Qué hacemos, pues?, los estudiamos, vamos al museo, nos admiramos ante su complejidad y a la vez nos vemos obligados a sentarnos y a estudiar lo que la Biblia enseña acerca de sus prácticas en todos los ámbitos de su sociedad.
¿Por qué hoy peleamos por una democracia?, o ¿Por qué defendemos el derecho al voto?, ¿De dónde viene nuestro idioma?, ¿Por qué tenemos teatro y valoramos las artes?, ¿De dónde surge el humanismo moderno?, ¿De dónde viene la obsesión con la "belleza del cuerpo humano"?
Si no nos detenemos a estudiar los clásicos, el mundo antiguo, no tendremos respuestas a estas y muchas más preguntas. Y si nosotros no las abordamos con nuestros hijos, tarde que temprano van a tener a alguién de frente que les hará preguntas semejantes y no serán capaces de dar respuestar lógicas, razonables y doctrinalmente alineadas a la Palabra de Dios.
¿Y cómo se ve esto en el día a día?
Hoy estamos leyendo, mi hija pequeña (6 años) y yo, la Iliada, y hemos visto como una mujer que no ama Dios y que solamente se deja llevar por sus pasiones, es capaz de dejar a su esposo, a su hijo y a su honor por seguir a otro hombre. Estudiamos como la venganza es un sentimiento que nos puede llevar a la locura e inclusive a la muerte, cuando leímos que Aquiles mata lleno de odio y furia a Hector, por haber matado a su querido amigo Patrocolus. Los dioses del Olimpo toman parte en la guerra, en las intenciones del corazón del hombre. Era algo inevitable, ellos sabían que los dioses determinaban el fin de todo asunto.
Pero en esta historia hay más. Mi hijo mayor (17 años) se integra a la conversación y dice, "Mami, en la famosa película de Troya, han quitado a los dioses, el hombre de hoy a toda costa se quiere deshacer de cualquier dios, de Dios. No quiere reconocer que hay un Dios soberano reinando y dirigiendo el mundo; hoy el hombre busca todas sus respuestas teniendo como marco de referencia a su propio dios, a él mismo"
Y la conversación sigue, y vemos como los griegos y los romanos, nos heredaron una sociedad sin esperanza, porque ¿quién puede tener esperanza, cuando sus propios dioses están sujetos a pasiones desordenadas y pleitos y contiendas y lascivias?
Por eso nuestra esperanza es segura, porque está puesta en el Dios verdadero, en el cuál no hay pecado, pero que juzga con furia y venganza el pecado del hombre.
Mis tres hijos mayores están estudiando el Mundo Moderno y están leyendo libros como Mein Kamp, de Hitler, y están analizando el mundo que el quiso crear. Un mundo utópico que realmente es la cúspide de la teoría de la Evolución de Darwin. La selección de las especies, que dice que el más fuerte vencerá. Y la pregunta final es, ¿Puede hoy alguién llamarse al mismo tiempo Cristiano y creer en la evolución y negar el nazismo?, ¿puede hoy alguien que critica con las uñas y dientes y se indigna ante las atrocidades de los campos de concentración abrazar al mismo tiempo la teoria de la Evolución? Algo anda mal, porque eso es lo que hoy nuestra sociedad hace. Vivimos en un mundo de contradicciones. Solamente la Palabra de Dios nos puede sostener.
No tengamos miedo de leer los clásicos, de estudiar, de ver lo crudo de la historia, recordemos que, finalmente, Dios ha permitido que todo suceda.
Es mejor eso, que enseñar a nuestros hijos mentiras como un Rey David, disfrazado de vegetal.
Eso sí es peligroso, eso sí los confunde y eso sí es una vergüenza para el Evangelio.
La parte III de esta serie está aquí.
Imágenes:
1. The Bookworm, 1850 por Carl Spitzweg
2. El templo de Atenea
3. Andromaque llorando por Héctor, de Jacques-Louis David, 1783
Estoy de acuerdo sis... es como enseniarles evolucion o no? los confundira?...NO!!! al contrario!, necesitan seberla incluso mejor para poder defender creacionismo. Asi con la mitologia griega,... saberla y entenderan la filosofia de hoy incluso, la sabran como piensa el hombre, como la depravacion del hombre siempre ha estado, la exaltacion al hombre, y como con la Palabra es comparada... como no hay nada nuevo debajo del sol, y como aunque el mundo diga que somos una cultura muy avanzada, podemos ver como no hay mucha diferencia entre nuestra cultura y la de los griegos...
ResponderBorrarGracias Becky por tomarte el tiempo de escribir esto ya que es algo importantísimo que debemos considerar al estudiar en casa, el buscar siempre que la Palabra de Dios sea nuestro fundamento.
ResponderBorrarte quiero mucho!