Aprendiendo a Conversar
La platica siguió, pero de repente, me di cuenta de algo: Nuestra plática ya no parecía plática, otra vez estaba yo tomando demasiado tiempo para enfatizar el mismo punto una y otra vez. Esa actitud de mi parte no iba a llevar a nada provechoso, a nada que realmente diera fruto y fortaleciera nuestra relación. La Biblia dice en Proverbios 10:19: "En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente." Lo que necesito hacer para fortalecer más mi relación con mis hijos es, hablar menos (¡lo necesario!) y escuchar más. Antes de decir mis veinticinco mil palabras sobre un tema, quizá me convendría preguntarles primero, escuchar atentamente su respuesta y luego hablar las palabras que convienen. Esto seguramente sería más efectivo. Pero, es difícil, de verdad lo es. Es más fácil hacer lo que ya traemos aprendido y venimos haciendo por años pero, sin embargo, es necesario . Aprender a conversar es un arte y generalmente, requier