Acerca de la Oración



"Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos." (Lucas 11:1)

Recuerdo perfectamente como se siente tener entre mis manos, dos manos pequeñitas sosteniéndose para poder dar sus primeros pasitos; como tomaba sus manos entre la mía para enseñarles a tomar el lápiz correctamente; me acuerdo como les enseñamos a andar en bici sin rueditas y a nadar; a decir "gracias" y "por favor".

Desde pequeños, les hemos enseñado las Escrituras y la importancia de la oración. Oramos con ellos, de  mañana, de tarde, de noche. Nuestra vida Cristiana, ha sido eso: vivir la vida Cristiana.

Pero, casi olvidamos algo, casi nos olvidamos de detenernos para enseñar a nuestros hijos como orar.

"La oración es simplemente platicar con Dios" Esto lo oí miles de veces, pero, ¿es realmente así de simple? esa frase lo único que alimenta es esta idea de que Dios y yo somos "cuates"; no hay ningúna separación en como hablas con Dios, que está en el cielo desde nuestra carne artraigada a esta tierra, que como le hablas a tu amigo. Esta es una idea barata.

Si fuera así de simple, los discipulos no se hubieran detenido a decirle a Jesus; "Señor, ensénanos a orar" No, la oración no es simplemente platicar con Dios, es más, mucho más. Jesús se detuvo; y a sus discipulos, a los suyos, les enseñó a través de la oración que hoy conocemos como "El Padre Nuestro", a como orar.

Mi esposo y yo hemos decidido hacer un alto en este verano, para enseñar a nuestros hijos (y a nosotros mismos) acerca de la oración. (Estamos estudiando estos libros

Dice J.C, Ryle, en su libro Religión Práctica, 

"He estudiado cuidadosamente la vida de los hombres de Dios en la Biblia. No puedo encontrar a uno de ellos desde Génesis hasta Apocalipsis que no haya sido un hombre de oración...en cambio, una característica de los impíos es que "no invocan el nombre del Señor".  (I Pedro 1:17, 1 Cor 1:2
Salmos 14:2-4)


No tener una vidas de oración  es una prueba clara de que una persona no es un verdadero Cristiano. No puede ver sus pecados. No puede amar a Dios. No puede sentirse en deuda con Dios. No puede desear la santidad. No puede anhelar el cielo. Necesita aún nacer de nuevo. Tiene que ser hecho una nueva criatura. Puede hablar como creyente, y defender doctrinas bíblicas, pero su hablar es en vano, si no ora.


La oración y el pecado no pueden habitar juntos en el corazón del hombre. La oración va a consumir al pecado, o el pecado va a ahogar la oración. No puedo olvidar esto. "

 Aquí estamos hoy, aprendiendo a como orar.

 




Algunos recursos sobre la oración:

La Oración por John Bunyan

Martín Lutero, Método Sencillo de Oración Para un buen Amigo (1535)

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Santiago 1: 12 La Recompensa de la Perseverancia

Santiago 1: 1-11- Mis Reflexiones -

Proverbios 16:1-3