Creciendo Juntas
Crecer juntas es un arte. Eso lo estoy aprendiendo.
Crecer en nuestra relación de mamá e hija requiere más de mi que de ella, y definitivamente involucra más que simplemente estar juntas.
Estamos las dos juntas frente al espejo, compartimos el rimel y sonreimos; nos amamos y estamos aprendiendo a vivir esta nueva relación en la que pareciera que de repente despertamos.
Tomamos un tiempo para hablar, las dos queremos fortalecer nuestra relación; Las dos sabemos lo que la Biblia dice, "la mujer sabia edifica..." (Proverbios 14: 1-3) Tenemos que edificar nuestra relación y decidimos trabajar en eso.
Tomamos nuestro libro y empezamos.
Yo se que es lo quiero; deseo ser mejor mamá, y no nada más para llevarnos muy bien, sino para ser quien entregue en manos de mi hija el legado de una mamá que vive piadosamente. Quiero vivir de tal manera que cumpla el llamado de Dios para las mujeres creyentes. Quiero ser un modelo para ella y eso implica vivir para Dios cada momento y reconocer ante ella y ante Dios mis pecados y debilidades.
Y así empezamos.
Hablando.
Y alguién tuvo que tomar la iniciativa: Yo.
La Biblia enseña que la mamá debe enseñar, se debe acercar y hablar. He oido muchas veces esa frase "Dale su espacio.... ya vendrá" y por más que escudriño en las Escrituras no veo nada que apoye esa idea. La Biblia es clara, los padres enseñan, ellos tienen que hablar y acercarse a sus hijos; no debemos esperar a que ellos vengan. Nosotros tomamos la iniciativa. Eso es amor. Así edificamos nuestra casa.
Tomamos nuestra Biblia y leemos varios versículos (Proverbios 31: 10-31, I Timoteo 5:9-10; Tito 2: 3-5; y I Pedro 3: 1-6) hablamos de las características de una mujer piadosa. Platicamos y abrimos nuestros corazones. En donde estamos fallando, en que áreas necesitamos crecer, y nos animamos en las áreas que vemos que vamos bien.
Estamos creciendo juntas; y es hermoso.
Le doy mi diario y escribe una nota para mi, y yo escribo algo para ella.
Trabajamos, edificamos, así nos amamos.
Crecer en nuestra relación de mamá e hija requiere más de mi que de ella, y definitivamente involucra más que simplemente estar juntas.
Estamos las dos juntas frente al espejo, compartimos el rimel y sonreimos; nos amamos y estamos aprendiendo a vivir esta nueva relación en la que pareciera que de repente despertamos.
Tomamos un tiempo para hablar, las dos queremos fortalecer nuestra relación; Las dos sabemos lo que la Biblia dice, "la mujer sabia edifica..." (Proverbios 14: 1-3) Tenemos que edificar nuestra relación y decidimos trabajar en eso.
Tomamos nuestro libro y empezamos.
Yo se que es lo quiero; deseo ser mejor mamá, y no nada más para llevarnos muy bien, sino para ser quien entregue en manos de mi hija el legado de una mamá que vive piadosamente. Quiero vivir de tal manera que cumpla el llamado de Dios para las mujeres creyentes. Quiero ser un modelo para ella y eso implica vivir para Dios cada momento y reconocer ante ella y ante Dios mis pecados y debilidades.
Y así empezamos.
Hablando.
Y alguién tuvo que tomar la iniciativa: Yo.
"Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre,
Y no dejes la enseñanza de tu madre" (Prov. 6: 20)
"Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
Y no desprecies la dirección de tu madre" (Prov 1:8)
La Biblia enseña que la mamá debe enseñar, se debe acercar y hablar. He oido muchas veces esa frase "Dale su espacio.... ya vendrá" y por más que escudriño en las Escrituras no veo nada que apoye esa idea. La Biblia es clara, los padres enseñan, ellos tienen que hablar y acercarse a sus hijos; no debemos esperar a que ellos vengan. Nosotros tomamos la iniciativa. Eso es amor. Así edificamos nuestra casa.
Tomamos nuestra Biblia y leemos varios versículos (Proverbios 31: 10-31, I Timoteo 5:9-10; Tito 2: 3-5; y I Pedro 3: 1-6) hablamos de las características de una mujer piadosa. Platicamos y abrimos nuestros corazones. En donde estamos fallando, en que áreas necesitamos crecer, y nos animamos en las áreas que vemos que vamos bien.
Estamos creciendo juntas; y es hermoso.
Le doy mi diario y escribe una nota para mi, y yo escribo algo para ella.
Trabajamos, edificamos, así nos amamos.
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