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Mostrando las entradas de marzo, 2015

Mamás, criar hijos en el Señor no es fácil.

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Mamás, criar hijos no es fácil. Criar hijos requiere una vida dedicada a nuestro Señor, una vida donde el temor a Dios reina y donde la Palabra es el alimento diario. Una casa de revista, un cuerpo de gimnasio, una cena de manjar constante, es en vano si el Señor es recordado como amuleto de buena suerte. Enseñar a nuestros hijos a vivir para la Gloria de Dios, debe ser el objetivo principal al educarlos. Debes enseñarles que la vida verdadera se encuentra en conocer y servir al único Dios. Al Dios de la Biblia. Debemos enseñarles a nuestros a hijos a leer la Biblia, a leerla completa y no versículos aislados para acomodar a sus gustos y a sus pecados y buscar justificación en ellos. Que importante es aprender nosotras mismas y enseñar a nuestros hijos que la Palabra de Dios presentada en la biblia es el poder de Dios para salvación . ¡El poder de Dios para salvación! ¡El poder de Dios para salvación! ¿Ves lo que dice? El poder de Dios . No tienes que buscar nada fuera de la pa

¡Come!

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"Jesús les dijo: Yo soy el Pan de Vida, el que a mi viene, nunca tendrá hambre, y el que en mí cree, no tendrá sed jamás": Juan 6:35 Cuando un bebé nace, nace con hambre y por el resto de sus días, mientras tenga salud y vida, esa personita va crecer a ser un adulto que va a tener hambre siempre. Dios nos creó con hambre y sed para que entendamos lo que es esa necesidad tan profunda que nada puede saciar. Si tenemos hambre, aunque tengamos la mejor ropa y la mejor casa, no nos va a satisfacer nada más que sentarnos a comer. Si tenemos sed, aunque seamos las mujeres más exitosas, vamos a tener sed hasta que tomemos un vaso de agua. Así es en nuestra vida espiritual, nacemos de nuevo, Dios nos da vida y tenemos hambre y sed de su Palabra. El problema es que a los Cristianos, muchas veces se nos olvida que esa continua hambre espiritual con la que comenzamos nuestra vida no puede ser saciada con nada más. No podemos sustituir nuestro alimento espiritual, que es la lect

Criando a nuestros hijos sin culpas

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La culpabilidad es una carga que nos arrastra y nos lleva a sequedades. David mismo habla de como la culpabilidad de su pecado lo llevo a la enfermedad física (Sal. 32). La culpabilidad de nuestros pecados es tan pesada que nos impide movernos, nos paraliza. Cuando educamos a nuestros hijos muchas veces caemos en pecado. Muchas mamás pierden la paciencia cuando están cansadas, cuando por " n veces " les han dicho a sus hijos que se tranquilicen y no lo hacen. Justo cuando es la hora de salir, alguien tira el vaso de leche y hace que mamá explote. ¿Cuántas veces la misericordia no ha estado en tu boca, cuántas veces has reaccionado de una manera horrible en vez de la manera piadosa que Dios desea? ¿Cuántas veces te acuestas en la noche y no puedes dormir por el peso de la culpa del pecado en tu manera de educar, de disciplinar a tus hijos? Cuando se forma el hábito de educar con culpa, también los hijos crecen en culpa. No hay gracia. No hay reconciliación. No hay redenció

El trabajo en la cocina: una bendición

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En nuestra iglesia, cada domingo, nos quedamos todos a comer y es una bendición poder compartir ese tiempo juntos. Pero claro que también implica mucha organización y trabajo.  Hoy, cuando estábamos muchas de las señoras en la cocina calentando la salsa para los chilaquiles y poniendo la crema y el queso a cada plato, me recordé de una enseñanza que aprendí de una amiga y que me parece muy oportuno compartir con ustedes ahora. Source ¿Recuerdan cuándo Jesús multiplicó el pan y los peces? La historia la podemos leer en Juan 6:1-13 y también en Marcos 6: 30-52 y en Lucas 9. Generalmente nos referimos a este hecho histórico para recordarnos de cómo Dios multiplica lo que tenemos y nos da en abundancia, nos recuerda que Dios es nuestro Proveedor. Pero, ¿te has dado cuenta qué junto con la provisión milagrosa Jesús proveyó algo mas, más trabajo para sus discípulos? Leemos que Jesús les dijo a sus discípulos, "Recostad a la gente" ; cuatro palabras que leemos súper rápi

Criando a nuestros hijos en un contexto de gozo y amor.

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¿Cuál es el contexto en el qué aplicas lo que crees en cuanto a la educación de tus hijos en tu hogar? Muchas veces entendemos los principios bíblicos y adoptamos ciertos métodos para aplicarlos según la sabiduría que Dios nos da en cada situación, pero el contexto debe ser siempre el mismo: gozo. El gozo es el segundo fruto del Espíritu (Gal.5:22-23), el gozo es lo que llena el alma del creyente cuando ha sido perdonado. Una vida de gozo debería de ser, por lo tanto, una vida caracterizada por este fruto  en el hogar cristiano. Lamentablemente el gozo no siempre está presente en los hogares de las familias cristianas. El cumplir ciertas reglas, el hacer ciertas cosas de cierta manera, el trabajo diario, la monotonía de la rutina, el miedo a caer en las cosas del mundo, el miedo a fallar, los afanes de la vida, todo éso se encierra entre cuatro paredes y ahogan el gozo. Llenar nuestro hogar del gozo del Señor no es algo que es fácil, no es algo que se nos da naturalmente. Es

La sujeción: un acto de fe.

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Es cierto que el matrimonio requiere trabajo de ambas partes, por supuesto, en eso nadie levanta quejas. Sin embargo, como en este espacio no escribimos para los hombres sino para las mujeres, nos toca hablar únicamente de la parte que nos corresponde a nosotras como esposas. La biblia es clara, nuestra parte como esposas es sujetarnos a nuestros propios maridos como al Señor (nótese que Dios nos llama a sujetarnos a nuestros propios maridos , no a todos los hombres en general, ni siquiera al pastor antes que a nuestro marido.) "Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo." Efesios 5:22-23 (ver también Colosenses 3:18) Como todos los mandamientos divinos, es simplemente imposible para una mujer sin Cristo tratar si quie