¿Eres Una Mujer Exitosa?



Que fácil es caer en esta cultura donde se nos impulsa a ser una "mujer exitosa" (tener títulos, tener una carrera fuera del hogar, donde vemos fotos de mujeres con una computadora, delgadas, con tacones altos, con un abrigo hermoso maquillada perfectamente y de pronto deseamos esa imagen de "independencia" (Gen 3:16)  y al mismo tiempo perdemos de vista de lo que realmente es ser una "mujer exitosa" (y vemos la foto de la mujer en la cocina horneando la cena, con hijos alrededor de ella, sin mucho maquillaje, y en las tardes de rodillas orando por su familia... no como algo que realmente deseamos o admiramos). No digo que tener carreras es malo,  yo tengo “la mía” en Educación Especial pero mi título está en una caja guardado, no colgado en la pared, ni en una caja especial fácil de encontrar. Dios me permitió estudiar éso en su momento, y mis hijos hoy en día son beneficiados por mi educación. Pero créeme, lector, no hay nada más exitoso que criar 2 hombres que conozcan la Palabra de Dios y la guarden en sus corazones.

En un mundo tan lleno de vanidades hay 2 niños hombres, que anhelan a los 10 y 12 años un día, tener una familia, con sus esposas y muchos hijos. Los oigo planear que les voy a cuidar a sus hijos ciertos días para que se vayan con su esposa a una cita juntos;  ellos guardan sus juguetes favoritos para dárselos a sus hijos cuando llegue el tiempo, me piden juegos de té que tengo, para que cuando se casen sean de ellos. ¿Hay más éxito en eso? Dime lector, si de verdad encuentras mas placer en un cheque al final del mes o si acaso esos cafés en las mañanas con tus amigas lo valen. Y no lo digo para aplaudirme por mi trabajo, porque Dios sabe que mi trabajo es en vano si no fuera por Dios, por Jesucristo y Su obra redentora en nuestras vidas,  y que es a pesar de MI y de mis malos genios y vanidades que ¡DIOS HA SIDO FIEL!  Mi esperanza y confianza, sigue en El cada día,  pero le doy gracias porque Dios les ha a dado a mis hijos amor por ÉL. Y no tengo más felicidad que ver a mis hijos caminando en la verdad, como dijo Pablo, y si no hay éxito en esto,  no se en que hay... porque un título colgado en mi pared, nunca me dio tanta alegría.

Lector, te voy a dar un consejo que una amiga me dio hace muchos años y yo creo que ha sido uno de los que más me han ayudado:

¡HAZTE DE AMIGAS QUE AMAN ESTAR CON SUS FAMILIAS!

De quien te rodeas importa e importa mucho, es algo que se contagia y deseas ser como ellas, las imitas sin pensarlo. Hazte amiga de mujeres piadosas, que aman a sus familias, a sus hijos, que disfrutan cocinar, y aman orar, que son dedicadas a la Palabra y la caridad y ¡verás como se contagia! Quizá implica cambiar de amistades o seleccionarlas mejor, pero ¡vale la pena ser amiga de mujeres que amen a sus hijos! Que mejor que ser amiga de mujeres para las cuáles sus hijos no son una carga a diferencia de aquéllas mujeres que ya no aguantan para que acaben las vacaciones para mandarlos a la escuela;  Busca amigas que amen a sus esposos y hablen lo bueno de ellos en todo tiempo y que no buscan criticarlos ni de broma, mujeres dedicadas a la oración y a la prudencia, modestas y fieles, hacedoras del hogar, que no les importe perder la figura por ganar hijos. 

Busca mujeres difíciles de encontrar.

De verdad te costará trabajo, pero por eso necesitas orar a diario por amigas que amen a Dios más que a ellas mismas.

Ningún diploma le ha enseñado a una mujer ser esposa y mamá y tristemente, más común que no, esas mujeres que vemos como "exitosas" acaban divorciadas o sin desear hijos porque les puede arruinar su carrera, estilo de vida o cuerpo y viven pensando demasiado de ellas mismas, sintiéndose que merecen el mundo por su educación ¿Y SUS FAMILIAS? Todos esos títulos les podrán quizá  ayudar a mantener a sus hijos, pero sólo la Biblia, el estudio de la Biblia y convertirte en una teóloga por tanto que la estudias, te dará la sabiduría y contentamiento para hacer un hogar donde Jesucristo sea reflejado.

Vale la pena trabajar en esta carrera donde no hay títulos, ni promociones, ni cheques, ni lujos, en la cuál hay dependencia en vez de independencia, sujeción en vez de liderazgo, en dónde vas a  ser una ayudante en vez de ser servida, en donde va a haber modestia en vez de glamour, rodillas raspadas por la oración en vez de suaves, canas y arrugas en vez de cirugías, manos que saben cocinar y lavar en vez de un buen manicure; hijos, en vez de comodidad; prudencia en vez de hablar sin pensar, amorosa en vez de enojona.

Busquemos esa carrera que Dios ha preparado delante de nosotras con mucha perseverancia (Heb 12). ¡Nunca es muy tarde para cambiar carrera! Los pecados de la mente son peores que los que hacemos (aunque los dos están mal). Cuidemos nuestra mente y deseos para no pecar contra Él y que Dios nos de nuevos deseos, nuevos anhelos y transforme nuestra mente y corazón, para desear lo santo, la carrera que Dios ha diseñado para nosotras.

¡Oh, que el Señor que es paciente, tenga misericordia de esta generación! Que el Señor nos muestre lo paciente que ha sido hasta ahora con nosotras y que nos despierte y abra los ojos para ver Su santidad y nuestra inmundicia y vanidades;  que nos ayude a vivir como mujeres.


Norma

Comentarios

  1. gracias por esta reflexió, para mi ha sido como agua fresca en tiempo de sequía, Dios te bendiga

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  2. Cuan cierto es lo que escribiste,Dios nos ayude a anhelar lo sublime y lo verdaderamente importante en nuestra vida.
    Gracias a Dios por tu vida y la de Becky y el haberlas puesto en mi camino.
    Las quiero mucho.
    Faby

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