Una Sencilla Maravilla III
Nos encantó tenerlo, pero se fué... y no nos dejó sin una enseñanza. Al final, quizá para esto fue que apareció, para recordarnos que:
El hombre, como la hierba son sus días;
florece como la flor del campo,
que pasó el viento por ella, y pereció,
y su lugar ya no la conocerá más.
Así son nuestros días, sólo Él sabe cuántos son, y nosotros solamente estamos aquí de paso,
por un tiempo...de camino a casa,
encaminados hacia nuestra morada eterna.
Si Jesús nos ha llamado, irémos.
Si nos hemos arrepentido,
su gracia salvadora nos rescatará de una eternidad separados de Él.
Solamente Él nos puede dar la esperanza de la vida eterna.
Nuestros días no terminarán en la nada.
Sólo en Jesús hay vida eterna,
vida eterna,
¡VIDA ETERNA!
Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por detenerte para dejar un comentario; nos encantaría oír lo que tienes que decir.
No olvides dejar tu nombre.
¿Cómo puedes registrarte?
Si no cuentas con cuenta Google; no te preocupes, puedes dejar un comentario escogiendo la opción "Anónimo"; solamente te pedimos que no olvides firmar tu comentario con tu nombre.
Gracias una vez más por tomarte el tiempo para comentar.